POR TOMAS AQUINO MENDEZ.- En voz de mis abuelos escuchaba este refrán: “Cuando la fiesta va a ser buena, desde la víspera se ve”. Es evidente el significado de este dicho popular, manejado con sabiduría por nuestro pueblo. y lo traemos a estas Expresiones, porque, por más que se ha presentado el llamado Plan de Reforma Policial como algo eficiente y funcional, los días pasan y no se observan los cambios prometidos.
En teoría, los miembros de la llamada comisión de reforma, dicen que ejecutan programas de educación, de formación y orientación sobre acercamiento del policía a la ciudadanía.
En la práctica seguimos viendo la misma policía. La que maltrata, que abusa, que agrede y que actúa desconociendo que su función fundamental es la de proteger a la ciudadana, no la de agredir.
Creíamos que ya, con los avances anunciados, dejaríamos de ver a los agentes con pistola en manos hacer parada a conductores y motoristas. Empuñar el arma para pedir una licencia a un chofer o tirotear a un vehículo porque “se parece” a uno que están buscan.
Eso sucedió hace poco con la doctora Silvia Peñaló en Mao, que está viva para contarlo.
Creíamos que con la reforma se había llevado hechos como el de los pastores asesinados en Villa Altagracia. El único avance REAL de la reforma policial ha sido la “leve mejoría salarial” a los agentes. Retrocedemos cuando se agrede sin razón a ciudadanos frente al Palacio de Justicia, se atropella a un ciudadano recto como el doctor Enriquillo Matos, o se golpea a familias en un desalojo en avenida ecológica o se lanzan bombas a la sede de un partido. Es una conducta inaceptable en una institución cuyo fin es resguardar el orden y proteger al ciudadano. ¿Avanza la reforma o sigue el descontrol en la PN?
